Adolescente Descalificada Por Un Bañador Consigue Su Vengaza

Perder Una Victoria

El veredicto final llegaría al caer el martillo del juez. Cuando el momento llegara, ella no podría hacer otra cosa que ver cómo la victoria se le escapaba de entre los dedos.

Ella y su entrenadora no podían creerlo. Había entrenado tan duro y ahora era para nada. No había hecho nada mal y, sin embargo, había sido descalificada. Se sintió humillada y luego furiosa. No tenían ni idea de lo que les esperaba. 

Nacida Para Nadar

Nadie adoraba el agua más que Breckynn Willis. No podía pasar un día sin zambullirse en la piscina y entrenar.

Incluso a la temprana edad de 17 años, Willis ya tenía grandes sueños de conseguir una beca y, eventualmente, una oportunidad en los Juegos Olímpicos. Así que compitió en todas las competiciones que pudo. Pero no tenía ni idea de que todo acabaría en desastre.

La Mejor De La Clase

Breckynn era una de las mejores nadadoras de su equipo en el Dimond High School de Anchorage, Alaska. Trabajaba duro y tenía un talento natural que los demás envidiaban. 

Breckynn era una estudiante con muchos amigos y que se llevaba bien con la mayoría de los profesores de la escuela. Todo el mundo la quería, pero a menudo, cuando hay mucho cariño, los celos se encarnizan…

Miradas Desconocidas

Las gradas junto a la piscina estaban repletas de invitados y personal emocionado por ver la competición en la sala cubierta, en medio de un inconfundible olor a cloro.

Le encantaba la euforia que se apoderó de la grada cuando se llamó su nombre para que hiciera lo que mejor sabía hacer: los 100 metros libres. Pero para cierto juez, no importaba lo buena nadadora que fuera. La iba a suspender. 

Ira Y Vergüenza

Breckynn se enrolló la toalla alrededor de la cintura. Su corazón galopaba mientras comprendía lo que el árbitro acababa de decirle. Apretando los puños, trató de mantener la calma, pero su entrenadora había oído suficiente. 

“¡No puede usted estar hablando en serio!”, le espetó. Siguió discutiendo con el árbitro, que permaneció impasible ante sus duras palabras. Breckynn nunca había tenido tantas ganas de abandonar una sala. 

Ejecución Perfecta

Nada más oír el silbato, supo que era su momento. Todas las partes de su cuerpo estaban preparadas para lo que venía a continuación. Era un reflejo natural para ella.

Lo hizo perfectamente. Nadó mejor de lo que había hecho en toda su carrera. Podía sentirlo. Se sentía genial. Volvió a la superficie al final de la piscina y salió. Pero lo que vino después la dejó sin palabras. 

Emoción Ansiosa 

Salió del agua con una sonrisa de oreja a oreja. Sus amigos la animaron desde la barrera. Se pusieron de pie, aplaudieron y vitorearon con orgullo por su logro. 

Breckynn cogió su toalla y se secó. Se la puso alrededor de la cintura mientras esperaba ansiosa el anuncio de sus resultados. 

Recibida Con Desdén

Miró al árbitro y a los jueces, intentando hacerse una idea de cómo lo había hecho. Pero sus caras no eran las que ella esperaba. Estaban discutiendo entre ellos acaloradamente. El árbitro, en particular, parecía asqueado. 

Breckynn vio que la miraba de arriba abajo. Luego volvió a mirar las notas que tenía delante, sacudiendo la cabeza con desdén. De repente, Breckynn se sintió muy cohibida. 

Descalificación Inmediata 

“¿Qué está pasando?”, pensó. Su mente se agitó, preguntándose si habría hecho algo mal. De repente, sus pensamientos se vieron interrumpidos por un anuncio por megafonía: “Breckynn Willis, del instituto Diamond, está descalificada”. 

No podía creer lo que acababa de oír. Las palabras resonaron en su mente. ¿Esto estaba ocurriendo realmente? Miró a su entrenadora en busca de respuestas, pero parecía tan aturdida como ella misma.

Discusión Acalorada 

Lauren Langly, su entrenadora, se acercó al árbitro con fuego en los ojos.

Miró a Breckynn. Después de que el árbitro la señalara, tuvo que dar un paso atrás, ¿qué le había dicho? Era casi como si la hubieran abofeteado.

“¡No Puede Usted Estar Hablando En Serio!”

Entonces escuchó: “No puede usted estar hablando en serio”. Ya estaba bien. No podía quedarse de brazos cruzados por más tiempo. 

Decir que Breckynn estaba desconcertada sería quedarse cortos. No había recibido ninguna penalización mientras estaba nadando. Estaba claro, por el ceño fruncido del árbitro, que algo andaba mal, pero ella nunca podría haber imaginado cuál era realmente el problema.

Acalorándose

Mientras Breckynn se acercaba a la árbitro para enfrentarse a ella, empezó a escuchar fragmentos de lo que decía. La sangre le empezó a hervir.

Mientras Breckynn se acercaba, escuchó al árbitro decir: “El traje de baño de la chica estaba tan arriba que podía verle las nalgas”, con la cara torcida de asco. Entonces, se dieron cuenta de que se acercaba.

Alteraciones En El Vestuario

“Vámonos”, dijo su entrenadora. “¿Qué ha pasado?”, preguntó ella. “No importa, vamos”, insistió el entrenador, pero Brecklynn no estaba dispuesta a dejar las cosas así. 

Ya se había dado cuenta de lo que decían de ella. Ya se había sentido humillada delante de sus compañeros y de todos los que habían podido oír la conversación en esa sala. Su vergüenza se estaba convirtiendo en rabia. 

Viendo Su Farol

Breckynn se quitó la mano de su entrenador de la espalda, deseando que se alejara. Se acercó al árbitro y le preguntó de nuevo. “¿Qué ha pasado? ¿Por qué me has descalificado?”.

Quería oírlo de su propia boca. Quería escuchar a ese hombre miserable decir lo que le dijo a su entrenadora a ella misma, una estudiante de 17 años que había dedicado su vida a este deporte. El hombre habló. 

Sin Vergüenza

Habló sin vergüenza. ¡Breckynn no podía creer a ese hombre! ¿En qué época vivía? No le dejaría salirse con la suya.

Al parecer, el árbitro había decidido eliminar a la estudiante de la competición porque estaba mostrando demasiada piel y decidió que se había subido el traje intencionadamente para resultar más revelador. Pero eso no era todo.

Problemas De Nadadora

Todos los demás, incluida Breckynn, señalaron que todas las chicas llevaban exactamente el mismo bañador. 

También había una razón para lo que le había pasado a Breckynn. Se trata de un fenómeno conocido”calzón de nadador” que puede afectar a todo el mundo. Incluso los nadadores habituales conocen la sensación y saben que no son cómodos. Nadie lo haría intencionadamente. Sin embargo, la verdadera razón no tardaría en salir a la luz.

Tomando Medidas

Tras el fallo, la entrenadora Lauren Langford acudió a las redes sociales y presentó una queja formal ante la Asociación de Actividades Escolares de Alaska.

La respuesta, sin embargo, fue tan mala como la queja original. Resulta que Breckynn estaba siendo especialmente señalada por el árbitro por una razón bastante desagradable. Y éste estaba a punto de asegurarse de que todo el mundo lo supiera.

No Todas Las Tallas Valen

La chica no sólo tenía más curvas que las demás compañeras, sino que además era de raza mestiza. 

Podría parecer algo imposible de detectar para la mayoría de la gente, pero cuando los detalles salieron a la luz, fue tristemente creíble. Los hechos acabaron siendo indiscutibles y provocaron una gran explosión de indignación. ¿Por qué?

A Su Hermana También Le Pasó

Todas las participantes llevaban bañadores estándar, otras dos chicas se parecían mucho a ella y su ejecución de los 100 metros libres era excelente. 

Su hermana, y compañera de natación, acabó siendo la clave de la situación. Ningún otro miembro de ningún equipo había sido expulsado por razones de apariencia, pero ella y su hermana sí. Cuando entendieron el motivo, todos los implicados se pusieron furiosos. Breckynn estaba dispuesta a dar la cara.

Injusticia

La entrenadora Lauren Langford estaba furiosa cuando habló con los medios: “El resto de su equipo llevaba el mismo uniforme, y ella fue la única descalificada. En mi opinión, ella ha sido objeto de una campaña de acoso y derribo en el transcurso del último año”.

La descalificación, según el árbitro Jill Blackstone, se debió a una nueva “regla de modestia”, pero la verdad era cada vez más clara.

Going Public

Meanwhile, Beckynn was going public with the shocking story. The incident had reached the ears of Kelly Clarkson, who invited both the swimmer and her coach to appear on The Kelly Clarkson Show. 

Everyone who saw the episode was disgusted, too, and some were quick to take to the comments section to point out the startling facts.

Outcry

“The thing that’s really frustrating is the more curvy a woman is, the more pressured she is to be “modest,” I mean come on folks. Is this really about being “modest” or body shaming cuz men can’t handle it??” One woman wrote.

“What’s worse is that the referee who made this call disqualifying her… was a WOMAN! Seriously? How can a woman do that to a girl? Stop body shaming females for being who they are!” another proclaimed. But would there be any justice? 

Two Obvious Rules

The Association reversed the ruling and reinstated her points and title. 

Then, there were two very strict reminders sent out to all staff and referees. First, there could be zero assumption about standard-issued suits – which in many opinions would have been obvious. Second, and most importantly…

Moving Forward

It was professionally and personally inappropriate to judge a competitor based on their appearance – again, this should have been obvious, but apparently, a few individuals needed a reminder. 

There was no place for sexism, racism, or discrimination in their competitions. However, there was one silver lining to the entire ordeal.

Still Swimming

The media coverage had brought her skills into the spotlight. 

She ended up receiving several college offers and talks of scholarships. Not to mention, people started knowing her name around the swimming circuit (this time in a good way). The insane incident was over and she could finally focus on her dreams again. Unlike this next woman who had a similarly shocking experience at a local restaurant. 

The Low Blow

She stands alone looking around at everyone enjoying their meals. Feeling content, she notices a waitress coming straight towards her. She welcomes her with a warm smile. But her smile is not reciprocated.

Instead, what’s waiting to meet her will impact the very depths of her psyche, crushing her confidence and pregnancy for days to come.  

Charisha Raylee Gobin

Charisha Raylee Gobin is a mother-of-four from Marysville, Washington. With two boys and two girls, Charisha and her husband had been excited for the arrival of two more family members as they were having twins. 

As enthusiastic and dedicated parents, they always dreamt of having a big family but never expected their plans could lead to this.

A Mom’s Life

Being a mom of four, Charisha never has time for herself. And now, with her twin pregnancy, she was more tired than ever. 

Although she loved being pregnant and being a mother to her beautiful children, she still found it exhausting at times. She couldn’t remember the last time she did something for herself but that was about to change.

A Gentle Nudge

One day, she received a call from her mom and sister. They were trying to persuade Charisha to take a break from mom life and go out with them for a girls’ night. 

Immediately, Charisha rejected their offer to take her out. She wasn’t feeling well and wanted to rest, not go out. She was seven months pregnant after all, but her family persisted. 

A Mom In Need

They convinced her that resting and going out, away from the constant need of her kids, were the same thing and exactly what she needed. Being a mom is work, and she was working 24 hours, seven days a week. 

Charisha realized they were right. But what they didn’t know was that something would go horribly wrong. 

A Growing Pain

It was a few hours before Charisha and her mom and sister were to head out for a night of fun. Changing from one outfit to the next, Charisha felt so uncomfortable. 

She had no idea what to wear as so many of her clothes didn’t fit her right. But that’s not all that was causing her discomfort. 

Mysterious Ache

Like every other pregnant woman, her back was sore, and her belly ached. But there was something else, a constant dull pain. And it was starting to make her worry.

It had felt like this for 2 hours now. Should she be taking this more seriously? What if something was wrong? Anxious, she called her mom. 

False Alarm

Her mom asked her what it felt like, and she explained. Laughing, her mom asked her when the last time she had eaten was? 

Charisha laughed along when she realized she was just really hungry. She had been saving herself for eating out. Her cravings for meat were so intense that it’s all she wanted so she decided to have her fill tonight. Or so she thought. 

Unfortunate Excitement

Finally deciding on an outfit, Chrisha and the girls headed towards Buzz Inn Steakhouse. A restaurant they have been to many times, so they knew the menu would have all the meat Charisha could ever ask for. 

Getting out of the car, Charisha felt good for the first time in what felt like years. Little did she know, she was so excited for a meal that had disastrous consequences. 

The Arrival

Charisha walks through the restaurant doors with her mom and sister. As they walk to the hostess and ask for their seat, Charisha falls behind. She looks around the restaurant. 

This is the first time she’s been at a restaurant without having to be on high alert with kids hanging off her side. She can finally relax, but something tells her not yet. 

An Unfriendly Welcome

As she looks at everyone enjoying their meal and drinks, a waitress walks toward her. With her mom and sister making their way to the seat, Charisha thinks the waitress must think she’s not with them. 

Charisha welcomes her with a smile, ready to explain, but her smile isn’t reciprocated. Instead, the waitress looks her up and down with disdain before she speaks. 

Health Code Violation

The waitress immediately asked her to leave. Confused, Charisha asked her to repeat herself. The waitress explained that she was dressed inappropriately, breaking their ‘no shoes, no shirts, no service policy. 

Charisha asked if she was being serious, and the waitress replied, “yup, you can’t be here.” Feeling upset, angry, and embarrassed, Charisha and her family left with revenge on their mind. 

Ashamed And Embarrassed

Charisha was wearing a white long flowy skirt and a black crop top that exposed her pregnant belly. She looked like every other crop-top-wearing trendy woman if it were not for her pregnancy.  

Feeling humiliated and wrong done by, Charisha didn’t sit idly by. Taking to Facebook, she posted about the ordeal and uploaded her picture. The response was overwhelming.

Taking A Stand

She captioned her photo, “I was just denied service at the Buzz Inn on State Avenue in Marysville for my outfit. I’m violating the health code”. 

Tonnes of support flooded in for Charisha. The discussion around pregnancy and appropriate dressing soon went viral and sparked outrage.

A Reason To Rejoice!

Buzz Inn Steakhouse released a statement apologizing for the ordeal. But Charisha says, “It’s pretty ridiculous I was shamed in the first place and had to drive across town to eat”… “Our bodies aren’t just toys, they’re for a purpose, and I think it’s a beautiful purpose.” 

Charisha’s message is important. Body shaming should be left in the past, and we’re sure Charisha now eats at much more pregnancy-friendly restaurants!