Empleado Descubre A Chico Usando La Misma Tablet Todos Los Días, La Revisa Y Entiende Por Qué

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El Niño De La Tienda

Se quedó junto al mostrador mientras los últimos clientes llenaban la tienda, contento de que por fin se estuviera acabando el día. Pero mientras miraba los numerosos estantes de electrónica que había repartidos, se fijó en el chico que estaba encorvado sobre una de las tabletas de la tienda.

Curioso, rodeó el mostrador y se apresuró a acercarse a él. Lo que vio hacer al chico le dejó sin palabras.

Una Pasión Que Perseguir  

Pexels – Buro Millennial

Tyson era un chico de veintidós años que vivía en Houston, Texas. Amante de todo lo relacionado con la tecnología, había trabajado duro para ganarse una plaza en la Universidad de Texas, estudiando informática. 

Durante su primer y segundo año, Tyson se dio a conocer como alguien que podía arreglar cualquier máquina rota en el campus. Para el tercer año, había atraído la atención incluso de los profesores, una hazaña que cambiaría su vida para siempre.

Superdotado 

Pexels – Helena Lopes

Cuando Tyson terminó su tercer año, la escuela lo invitó a asistir a una prestigiosa exposición tecnológica que se celebraba en Brasil. Viajaría junto a un selecto número de estudiantes, cada uno con dones únicos como él.

Por supuesto, Tyson aceptó. Un viaje fuera de Estados Unidos era algo con lo que siempre había soñado. No tenía ni idea de lo que le esperaba al otro lado del Océano Atlántico. 

Hola, Brasil

Pexels – Stanley Morales

El viaje a Brasil fue magnífico. La gente, la comida y la cultura cautivaron a Tyson y a sus compañeros, haciéndoles pasar el mejor fin de semana de su vida. 

Cuando la semana siguiente comenzó la exposición de tecnología, Tyson estaba casi listo para experimentar más de lo que el país tenía para ofrecer. Pero lo que le tocó no fue lo que esperaba. 

El Programa

Pexels -Athena

Como parte de su experiencia en la exposición tecnológica, los organizadores concedieron a Tyson y a sus compañeros la oportunidad de trabajar como expertos en electrónica en una tienda de la ciudad.

El puesto estaba remunerado, aunque las responsabilidades eran mínimas. El programa se centraba en sumergir a los estudiantes internacionales en la escena tecnológica de Brasil, lo que a Tyson le pareció muy interesante. Aquí es donde ocurriría el incidente que cambiaría su vida

Manos A La Obra

Pexels – Rogério Trilhafavela

Tyson y sus compañeros de clase comenzaron sus horas con mucho entusiasmo. Junto a ellos había algunos estudiantes de Europa, África y Asia, lo que hizo que la experiencia fuera aún más atractiva. 

El primer día llegó a su fin rápidamente. La experiencia fue estimulante, pero Tyson notó algo que le hizo fruncir el ceño al comenzar el segundo día

El Comienzo De Un Asombroso Misterio 

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Un niño de no menos de diez años se encontraba ante una de las tablets expuestas en la tienda. No se limitaba a mirar el aparato, sino que estaba jugueteando con él. 

A Tyson no le importaba, ya que probar un aparato electrónico antes de comprarlo era habitual. Sin embargo, el niño era demasiado joven para comprar cualquiera de los aparatos electrónicos de la tienda por sí mismo

Un Verdadero Enigma     

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El niño pasó unos minutos con la tablet y se marchó. Pero apareció al día siguiente, dedicando el mismo tiempo a la tablet antes de volver a desaparecer. 

Al tercer día, el último de Tyson en la tienda, no apareció. Tyson había comprobado la configuración de la tableta para ver si el chico había cambiado algo, pero el aparato estaba bien. Entonces, ¿qué estaba haciendo?

Por La Noche 

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Cuando el día se acercaba a la noche, Tyson volvió a su puesto detrás del mostrador. Estaba convencido de que el chico no volvería ese día, y el propio pensamiento le destrozaba la mente. 

Los clientes empezaron a desalojar el local, pero cuando Tyson se preparaba para dar por terminado el día, levantó la vista y encontró al chico usando la tablet. 

Su Oportunidad Se Presenta 

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Sabiendo que esta era su oportunidad de llegar al fondo de este misterio, Tyson se apresuró a ir hacia él. Se había pasado los dos últimos días obsesionado con lo que un chico tan joven podía estar haciendo en la tienda él solo. 

Había intentado formular teorías que le tranquilizaran, pero no tenía nada en lo que basarse. Nada de la situación tenía sentido, y pensó que perdería la cabeza si no llegaba al fondo del asunto.

Llegar Al Fondo De La Cuestión

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Ahora que se había presentado una oportunidad, Tyson la abrazaría con los brazos abiertos. Se apresuró a ir hacia el chico, sólo disminuyendo la velocidad una vez que estuvo lo suficientemente cerca para no asustarlo.

A medida que se acercaba, notó nuevos aspectos del chico que había estado demasiado lejos para ver. Pero todo lo que veía sólo hacía más incomprensible la situación.    

Nueva Información

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Tyson observó que el chico estaba escribiendo en un libro mientras miraba una página web en la tablet. Estaba absorto en la actividad y apenas se dio cuenta de que Tyson se asomaba detrás de él. 

Cuando Tyson le tocó el hombro, se dio la vuelta, agitándose como si se hubiera despertado de un profundo sueño. ¿Pero qué estaba haciendo para estar tan ensimismado?

La Verdad Sale A La Luz

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Tyson le hizo un gesto para que le entregara la tablet, y el chico lo hizo, dando un paso atrás y sujetando su libro y su bolígrafo contra el pecho.  

Tyson recorrió la tablet con la vista, y enseguida se dio cuenta de lo que estaba haciendo el chico. Sus labios se separaron, y miró al chico, que permanecía en silencio ante él con el ceño fruncido

Una Realidad Desgarradora 

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“¿Estabas haciendo los deberes aquí?” preguntó Tyson en su portugués macarrónico. El chico asintió, explicando que su escuela les había dado un montón de deberes que necesitaban investigación en internet. 

Como no podía acceder a internet en su casa o en su barrio, había venido a la tienda para pasar al menos veinte minutos investigando. Pero eso no era todo. 

La Pregunta Importante

Pexels – Pixabay

El chico reveló le llevaba mucho tiempo desplazándose a la tienda, ya que vivía lejos. La fecha de entrega de su tarea estaba próxima y temía no terminarla a tiempo. 

Intrigado por todo lo que se desenvolvía ante él, Tyson hizo las preguntas importantes. ¿Dónde vivía el chico para haber llegado tan tarde?

De Dónde Biene

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El chico explicó de dónde venía, y algo quedó claro en ese mismo momento. En efecto, el chico venía de lejos, recorriendo kilómetros a través de la bulliciosa ciudad para llegar a la tienda. 

Había explicado que no había cogido el autobús hasta aquí ni un taxi y que lo hacía todo a pie, y sólo eso dejó a Tyson aún más sorprendido. 

Un Asunto Peliagudo

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La idea de que el chico cruzara un sinfín de calles concurridas mientras se apresuraba a ir a la tienda hizo que la ansiedad de Tyson se disparara. Sabía lo peligrosas que podían ser algunas ciudades, especialmente para los niños.

El asunto de este chico era aún más angustioso, ya que hacía el viaje de ida y vuelta a la tienda, y salía de ella por la tarde, cuando Tyson y su equipo estaban cerrando. Esto era un tema peliagudo. 

Una Historia Desgarradora  

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A Tyson se le partía el corazón al escuchar la historia del niño. Tenía un hermano pequeño en casa, y se lo imaginaba cruzando por las calles a horas extrañas para poder hacer sus deberes.

El niño siguió hablando, y a medida que sus palabras seguían calando en Tyson, una comprensión le invadió. Tenía que hacer algo para ayudar, o este viaje habría sido en vano.

Facilitar El Trabajo

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“La principal razón por la que tenemos electrónica en el mundo, ordenadores, tablets y teléfonos inteligentes es que podemos hacer el trabajo más fácil”, dijo después Tyson, recordando el momento.

“Usamos estas máquinas porque necesitamos ayuda. La vida sin ellas puede resultar asfixiante, especialmente en esta época en la que todo requiere su uso.” Estaba dispuesto a hacer algo por el niño, dejando a todos en la tienda con la boca abierta

Así Se Hace

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Sonriendo al niño, Tyson le pidió que le siguiera hasta su puesto. Le preguntó al chaval si era bueno con la tablet, a lo que el chico contestó con una sonrisa

Viéndose a sí mismo en el chico, Tyson también sonrió. Miró la marca y el precio de la tableta. Era evidente lo que iba a hacer.

Let’s Buy It!

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Tyson had already decided to buy the boy the tablet. But before taking such a drastic step, he had a few hoops to jump over. 

He’d already taken care of the first, ensuring the boy could use the gadget. But as he looked through the machine, he realized he was about to make a grave mistake.

This Won’t Do

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Tyson checked the machine repeatedly to ensure that what he was staring at was factually correct. But everything before him was as clear as day. 

The tablet was not only a very old version of the ones in the market but also ran on outdated software. As someone steeped in the best technology could offer, Tyson could let this pass over him.

Up The Chain Of Command

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Checking his watch to ensure he still had time, he asked the boy to wait for him at the counter and rushed into the back offices to look for his supervisor. 

He found him, quickly explaining that he wanted to buy the latest version of the tablet if the shop had it in stock. The supervisor’s answer would break his heart. 

Coming Clean

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The supervisor listened carefully before asking Tyson why he wanted to buy the tablet. Tyson came clean, explaining everything that had been happening for the week he’d been at the store. 

He pointed at the boy waiting for him and said he wouldn’t leave Brasil until that boy received the help he needed. Nothing could’ve prepared him for his supervisor’s answer.

A Hoax 

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The supervisor told Tyson that such cases were common in their city. There could be a high chance that this was a hoax by the boy, who was scoping out the shop for some unsavory individuals looking to make a quick score. 

He explained a similar incident some years back, hoping Tyson would call off his quest. But, of course, none of it worked. 

Where It All Started For Him

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Tyson had seen the boy’s homework and felt his need to work on the tablet as the minutes counted. He had seen how frantic he was, knowing the shop was about to close and he hadn’t finished his homework. 

Tyson knew that feeling well. That need to have a computer to make everything easier made him start fixing them. As a kid, he’d found an old, broken one at a yard sale that needed fixing and had to teach himself to bring it back to life. 

He’s Still Buying It

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Tyson thanked the supervisor for his view but insisted he’d still be buying the tablet. But the supervisor informed him that even if the machine was available, and the boy’s story was true, the price tag on the tablet wasn’t small. 

Tyson wasn’t the most well-off kid in school, but he’d saved a few bucks from fixing computers all over campus. That money would finally find good use.

Those Can Wait

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“I was saving it for the new-gen Xbox or a PlayStation, but that can wait,” he shared. He told his supervisor that he had some cash on him, an amount that would help solve the boy’s issue. 

Seeing how determined he was, the supervisor decided to hear him out. He would share a few things that would show Tyson how complicated the matter truly was.

More Problems

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The supervisor told Tyson that although the shop had the latest version of the tablet in stock, the kid would still need a stable internet connection to operate it. 

Given the neighborhood he was from, this would be a big problem. But Tyson was still adamant, finally prompting the supervisor to show his true colors.

The Extra Mile

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“Fine,” the supervisor said, and Tyson bought the tablet for the boy. But the supervisor chipped in to buy him a portable WiFi router for a good internet connection. 

He also shared the story on social media, snarring the attention of a tech company that stepped in to buy the boy a year’s worth of internet subscription while also starting an internet installation program in his neighborhood. Truly, a good deed deserves another!

Disclaimer: To protect the privacy of those depicted, some names, locations, and identifying characteristics have been changed and are products of the author’s imagination. Any resemblances to actual events, places, or persons, living or dead, are entirely coincidental.