Repartidor De UPS Recibe Paquete De Una Mujer, Se Queda Helado Al Leer “”Llama A La Policía”” En La Caja

Descubrimiento

La casa parecía vacía cuando llegó a la entrada, todo estaba tranquilo. Llamó a la puerta y la señora Jordan le entregó el paquete. No se dio cuenta de inmediato.

Pero cuando fue a cargar el paquete, algo en el lateral de la caja le llamó la atención. Allí, en el lateral, las palabras garabateadas hicieron que una enfermiza ola de preocupación lo invadiera.

Ojo Entrenado 

Charles Gordon era un veterano de la marina, y sabía que algo no iba bien cuando lo veía. Su agudo ojo para los detalles había sido perfeccionado en todos sus años de entrenamiento para captar los detalles más sutiles que la mayoría de los hombres no notarían.

Sin embargo, ese día tendría que enfrentarse a una situación que lo pondría a prueba. No muchos hombres habrían sido capaces de reaccionar con la diligencia y pericia que él demostró en el acto.

Navy Seal

Gordon había sido desplegado en Afganistán en pleno apogeo del conflicto, en su momento más cruento. Había visto cosas que habían marcado su forma de ver la vida de manera irreversible.

Había visto a algunos de sus compañeros perder la vida; otros nunca habían vuelto a ser los mismos tras regresar a casa. Por lo que Gordon sabía, aproximadamente la mitad de las personas que sirvieron con él sufrían ahora alguna forma de trastorno de estrés postraumático.

Tuvo Suerte

Era uno de los pocos afortunados que había llegado a casa sin ningún problema o trauma importante. Sin embargo, su expresión se ensombrecía cada vez que salía el tema.

Ahora, a los 55 años, era repartidor de UPS, y disfrutaba de su trabajo y del suave ritmo que conllevaba, conduciendo de casa en casa y haciendo entregas. Era muy distinto a cuando había servido en la Marina. No sabía que todo eso estaba a punto de cambiar.

Él Los Conocía Y Ellos A Él 

Charles se había ganado una buena reputación en Missouri. Su trabajo lo llevó por todo el condado, donde hizo muchos conocidos en sus viajes. Se enorgullecía de establecer una relación especial con todos los destinatarios de sus paquetes: él conocía sus nombres y ellos el suyo.

Sin embargo, había algo sobre Charles que sus clientes no sabían hasta que un fatídico día descubrió la verdad.

Destinado A Ser Un Héroe

Los habitantes de Missouri no sabían que el conductor de UPS tenía la habilidad y la experiencia para salvarlos de cualquier amenaza o peligro, incluso poniendo su propia vida en juego si la situación lo requería.

Nunca supieron lo afortunados que eran de que el ex-soldado de la Marina de los Estados Unidos estuviera cuidando de ellos, hasta que fue casi demasiado tarde.

No Era Un Día Normal

Cuando Charles recibió la llamada para recoger un paquete en una casa del condado de Franklin, no entendía en qué se estaba metiendo. Conocía esa casa y conocía a la pareja que la habitaba.

En apariencia, el Sr. y la Sra. Jordan parecían una pareja normal. Sólo que un día, su comportamiento le pareció un poco… extraño. 

Un Día Extraño

Justo después de que ocurriera el inquietante incidente, recordó otra ocasión en la que entregó un paquete en casa de los Jordan un par de meses atrás.

Recordó que se bajó del camión, se dirigió a la puerta y llamó con el paquete en las manos. Había algo en el paquete que le llamó inmediatamente la atención y despertó su curiosidad.

Anónimo

El paquete era anónimo: no tenía nombre ni dirección del remitente. Normalmente, UPS no permite los envíos anónimos; la mayoría de los paquetes que manejan se recogen en el domicilio del remitente y requieren una dirección de retorno.

Sin embargo, uno puede cambiar de estado y dejar el paquete que desea enviar en un depósito de UPS si no quiere que el destinatario, o incluso UPS, sepa quién envió el paquete en cuestión. Pero, ¿por qué iba a hacer eso alguien?

Paquete Sospechoso

Además, el paquete era sospechosamente abultado. Normalmente, Charles nunca se preocupaba por lo que había dentro de los paquetes de la gente, pero esta vez las cosas parecían demasiado raras. 

Agitó el paquete en sus manos, tratando de adivinar su contenido. Le pareció que había algo voluminoso y compacto en su interior, pero no pudo saber qué era. Y justo en ese momento, la puerta de los Jordan se abrió.

Sr. Jordan

Un hombre abrió la puerta; era el señor Jordan. Inmediatamente, Charles trató de mantener la compostura, ocultando el hecho de que había estado tratando de adivinar el contenido del paquete. Había sido muy poco profesional por su parte.

Le entregó el paquete al Sr. Jordan. El hombre miró a ambos lados de la calle antes de coger el paquete como si no quisiera ser visto. Luego, lo agarró rápidamente con ambas manos y desapareció tras la puerta cerrada.

Enigmático

¿A qué se debió eso? Todo el episodio hizo que Charles sintiera que tenía que haber algo sospechoso en ese paquete. ¿Pero qué podía ser?

Bueno, estaba hecho. Sólo esperaba no meterse en un lío. Al cabo de unas semanas, olvidó por completo aquel incidente, pero volvió a recordarlo en cuanto vio que tenía que entregar otro paquete en casa de los Jordan.

Una Mañana Tranquila

Había empezado como una mañana tranquila y fría para Charles. Tarareaba mientras trazaba su ruta y se abría paso por el condado de Franklin, recogiendo y entregando los paquetes que le habían asignado.

Cuando llegó a la residencia de los Jordan, se detuvo en la entrada como siempre lo hacía y subió los escalones de la entrada. No tenía ni idea de que estaba entrando en una auténtica pesadilla.

Esperando 

Charles llamó a la puerta tres veces y esperó los cinco minutos reglamentarios antes de volver a llamar. Zapateando para entrar en calor, miró por encima del hombro y vio la camioneta del señor Jordan en el aparcamiento.

Pero no obtuvo respuesta. Tampoco oyó nada en el interior de la casa. ¿Qué podía estar pasando?

Silencio

“¿Hola?”, gritó, “UPS”. Tal vez no había nadie en casa después de todo. Buscó en el porche el paquete que debía recoger. No había ningún paquete. ¿Quizás le habían llamado por error?

Pero Charles empezaba a sentirse inquieto. Se daba cuenta de que algo iba muy mal. Estaba a punto de darse la vuelta y marcharse cuando oyó que la puerta principal se abría. 

Algo Iba Mal

La puerta se abrió una rendija y apareció un ojo. “¿Sra. Jordan? Vengo a recoger un paquete”, explicó Charles. La puerta se ensanchó, y ella se quedó allí, sonriendo tensamente. Entonces, el señor Jordan salió de detrás de su mujer y saludó a Charles de forma escueta.

Abrazó a su mujer y le ordenó que le diera el paquete al conductor de UPS. Pero mientras lo hacía, algo en sus ojos le decía a Charles que algo no iba bien.

Tratando De Decirle Algo

En el breve momento en que la señora Jordan le entregó el paquete, le dijo algo en voz baja, pero él no pudo captarlo.

Miró nerviosamente a su marido para asegurarse de que no la había visto, y entonces sus ojos se abrieron de par en par. Estaba tratando de decirle algo. Pero, ¿por qué no podía decirlo delante de su marido?

Las Pistas

Charles se fijó en su aspecto lo mejor que pudo antes de que la puerta se cerrara de nuevo de un portazo. Todas las pistas estaban ahí. Tenía el pelo revuelto y ojeras bajo los ojos cansados.

Y sus ojos… le suplicaban que hiciera algo. Parecía un animal asustado. Y la forma en que el Sr. Jordan la había abrazado… Había algo que no le gustaba.  

Le Quitó Hierro

Al principio se preocupó, pero trató de desprenderse de la sensación de preocupación. Tal vez estaba siendo paranoico. Al fin y al cabo, lo que hicieran sus clientes a puerta cerrada no era asunto suyo.

Tal vez la pareja había discutido. “Será eso”, pensó antes de volver a su camión. Pero cuando puso el paquete en la parte trasera, vio lo que ella había estado tratando de decirle todo el tiempo. 

El Mensaje

“Llama a la policía” estaba garabateado en el lateral de la caja, en el lado que ella había mantenido cuidadosamente de espaldas a su marido al entregársela. Su corazón comenzó a acelerarse y un sabor metálico subió por su garganta.

Volvió a mirar hacia la casa y vio que el señor Jordan lo observaba fríamente desde la ventana. Instintivamente supo que tenía que actuar como si no pasara nada, o todo acabaría.

Pretending It Was Alright

Charles climbed into his seat slowly and deliberately as if he was in no hurry to get away from that place. He felt Mr. Jordan’s eyes burning a hole in his back as he rolled away.

It took all his self-control to resist the urge to speed out the driveway. But when he rounded the corner and out of sight, he pulled out his phone and slammed the numbers in.

What’s Your Emergency?

He heard the reassuring voice on the other end of the line: “9-1-1, what’s your emergency?”. Then, he explained everything to the operator… the parcel, Mr. Jordan’s behavior, and Mrs. Jordan’s frightened eyes.

The operator listened intently before sending out the sheriff’s deputies. But they had no idea what was really happening in that house. Nothing could have ever prepared them for it.

Mobilizing

The team prepared for every eventuality. They weren’t sure if they were dealing with a robbery or much worse. From the information Charles had given them, they assumed the couple were being held hostage.

But they were all so very wrong. Like a well-oiled machine, they mobilized and raced to the scene. Everyone knew that time was of the essence.

Swarming The House 

In less than 10 minutes, authorities were swarming the house on Willow Ford Road. Franklin County Sheriff’s Sgt. T.J. Wild led the operation. They stormed up the front steps and called. 

Mr. Jordan seemed like he had been taken by surprise. Now, the truth was about to come out. And it was far more unnerving than what anyone could have expected.

He Slammed The Door

But he refused to cooperate with the authorities, slamming the door in their faces. He didn’t know that this was the worst mistake he could have made. Now, it was on for real.

Now that they knew that what was going on had everything to do with Mr. Jordan, they weren’t about to take it lying down.

Calling Backup

Sheriff’s Sgt. T.J. Wild checked Mr. Jordan’s records and discovered that he had been arrested before. They also feared that he had a weapon inside the house.

Realizing that the situation may have escalated beyond their control, they decided to call backup. They weren’t going to take any risks, so they brought out the big guns. They called for the SWAT team.

Surrender

Mr. Jordan quickly realized that his best option was to surrender, which, thankfully for him, he did before the SWAT team arrived. Mrs. Jordan and her 3-year-old son were taken to a place of safety.

But it was only when officers took Mrs. Jordan’s statement that the truth about what had happened in that house came out.  

Hailed A Hero

And thanks to Charles, Mrs. Jordan was released from a harrowing situation. “We are grateful this UPS driver with more than a decade of service followed protocol when he saw a customer in distress and contacted authorities after he saw her message to contact 9-1-1,” the company said in a statement.

“Our drivers are very familiar with their routes and are trained to be aware of their surroundings and respond to requests for assistance.”

The Plan That Worked

According to Mrs. Jordan, her husband had snapped. He held her captive for 15 hours in the home they shared. When she tried to leave, he refused to let her.

He threatened her, and she had reason to believe that her life was in danger. So she did the only thing she could think of – she wrote a note on the parcel for the UPS driver.

Saved The Day

James Jordan was promptly arrested and charged. He was held in Franklin County jail with bail set at $100,000.

“The charges stemmed from actions that occurred in the home with the female victim prior to the arrival of the delivery service who noticed a message for help written on a package he was to pick up,” Franklin County Sheriff’s Office said in a statement. If it weren’t for the quick-thinking UPS driver, the situation might have been a lot worse.

In order to protect the privacy of those depicted, some names, locations, and identifying characteristics have been changed and are products of the author’s imagination. Any resemblances to actual events or places or persons, living or dead, are entirely coincidental.